Las personas de muchos de esos pueblos no tenían cómo alimentarse, ni vestirse. Las escuelas, acueductos y centros de salud brillaban por su ausencia. Sus ropas ya debían haber cambiado de profesión a trapos, pues los rotos ya no seguían los consejos del hilo y la aguja, y no hallaban quién las reemplazara. Las suelas de los zapatos eran tan delgadas que se confundían con el callo de los pies. El sol y la lluvia no encontraban resistencia entre los tejidos de los sombreros, estos se rendían ante su efecto como lo hacen las puertas de una escuela ante el río de niños que salen corriendo al recreo.

En las obras escénicas que Delia Zapata Olivella se propuso realizar, con la idea de mostrar fragmentos de las vivencias del pueblo colombiano a pesar de las condiciones materiales y políticas, luchó por mantener su historia y tradición oral. Decidió realizar un trabajo en torno al vestuario con la idea de dignificar el imaginario del pueblo en las puestas en escena. Elaboró nuevos vestuarios y rescató algunos que estaban relegados al olvido, trabajó técnicas de tejido perfeccionadas por décadas por manos anónimas de cientos de personas que confeccionaron sus vestidos. 

Desde que tuvo edad para hacerlo, Edelmira Massa Zapata acompañó a su madre Delia en arduas jornadas al ritmo de la máquina de coser para vestir incontables personas que han acompañado este trabajo de rescate, difusión y vivencia de las tradiciones populares. Ha sido de vital importancia esta labor, pues se trata de rescatar el folclor, el saber del pueblo, materializado en un vestuario que va de la mano del carácter y la expresión de la danza de forma indivisible. Como bien dice Manuel: «Para nosotros, muchas de estas pretendidas inspiraciones personifican, son y seguirán siendo patrimonio anónimo del pueblo colombiano» (Zapata Olivella, 1962, p. 150).

El vestuario y la utilería que nos ha legado el pueblo colombiano está en constante tensión con las modas y la espectacularización de la danza. Los colores fluorescentes y las lentejuelas, que han entrado a desplazar el arte popular, de poco sirven para iluminar el oscurecido camino de nuestra historia; se alían dócilmente a las luces estroboscópicas de unos escenarios poscolonialistas que pretenden desplazar los detalles de los delicados rituales por espectáculos sin fundamento, pues nacen y mueren en una misma presentación. Como bien decía Manuel:

Los creadores de todos los géneros —pintura, música, literatura, teatro, etc.— tienden a asimilar las técnicas universales no para emplearlas en la exaltación del folclor nacional, vale decir en la tradición cultural de nuestro pueblo, sino que se enajenan a sí mismos, pierden el orgullo de su propia personalidad histórica para imitar dócilmente la creación de genios de otras culturas. Olvidada la raíz del folclor, se convierten en alienados al servicio de un arte cosmopolita que no se sustenta en ninguna nacionalidad.

Precisamente, la única defensa que tienen los pueblos […] es reafirmar su espíritu, la conciencia de una cultura tradicional y superarla con la técnica, sin dejar que ésta la sustituya (Zapata Olivella, 1967, p. 232).

Que la Asamblea del Pueblo Colombiano por la Paz en El Palenque de Delia se constituya en una invitación a que las personas participen como auténticos mensajeros de la vivencia y comunicación cultural, identidades y tradiciones a las cuales pertenecen. La creación desde la tradición es multiforme y siempre estará en permanente construcción. Así abordamos la investigación dinámica de la vivencia, ese “trueque” generoso del conocimiento en el que las costumbres regionales vencen sus fronteras de sitio y lugar y se encuentran todas, aprendiendo unas de otras.

Referencias:

• Zapata Olivella, Manuel. (2002). El Árbol brujo de la libertad. África en Colombia. Orígenes, transculturación, presencia. Ensayo histórico mítico (p. 89). Universidad del Pacífico.

• Zapata Olivella, M. (1967). El folclor y sus relaciones con la artesanía y el arte. En Zapata Olivella, M. (2010). Por los senderos de sus ancestros. Textos escogidos: 1940-2000. Ministerio de Cultura de Colombia. 

• Zapata Olivella, M. (1962). Los pasos del folclor colombiano. Los ritmos populares. En Zapata Olivella, M. (2010). Por los senderos de sus ancestros. Textos escogidos: 1940-2000 (p. 150). Ministerio de Cultura de Colombia.